Asador Las Brasas - La Carlota, Córdoba

Alfonso G.

Las Brasas: Donde la Experiencia Culinaria se Convierte en un Ejercicio de Paciencia Zen (y Frustración)
Mi pareja y yo, en un arrebato de optimismo (¡ay, qué ingenuos!), decidimos aventurarnos en el idílico paraje conocido como "Las Brasas". Desde el momento en que pusimos un pie en la barra, la emoción era palpable... bueno, al menos para nosotros, porque el personal parecía estar en otra dimensión. Pedí un par de bebidas, pensando que era el primer paso hacia una noche de manjares. ¡Qué equivocado estaba!
Nos aventuramos a la terraza, un oasis de tranquilidad con la friolera de TRES mesas ocupadas. Pensamos: "¡Qué suerte, habrá servicio rápido!" Treinta minutos después, nuestro optimismo se había evaporado más rápido que el último sorbo de mi bebida. Ni rastro de una carta. Ni un alma que se dignara a preguntar si, por casualidad, teníamos ganas de cenar. Supongo que nuestra aura de "clientes hambrientos" no era lo suficientemente potente.
Mientras tanto, el "chef" (lo pongo entre comillas porque su actividad culinaria brillaba por su ausencia) se encontraba enzarzado en una animada charla con otros comensales que, sinceramente, tenían "peor pinta que los pollos del Prica". Un espectáculo digno de documentar, debo admitir. Y la camarera... ah, la camarera. Parecía haber trascendido los límites de la realidad y se movía con la gracia de una sonámbula en búsqueda de su alma gemela perdida. A lo mejor estaba practicando el arte de la telepatía para adivinar nuestros deseos culinarios, ¡quién sabe!
Finalmente, en un acto de valentía (o quizás de masoquismo), regresé a la barra para pagar nuestras dos bebidas, que a estas alturas parecían un premio de consolación. Pregunté, con la voz temblorosa de la esperanza moribunda, si la cocina estaba abierta. La respuesta, un lacónico "sí", fue como un puñal clavado en el corazón de nuestras aspiraciones gastronómicas. ¡Menos ganas de trabajar que un político en campaña electoral!
En resumen, si buscas un lugar donde poner a prueba tu paciencia, admirar la inactividad y salir con la sensación de haber participado en un experimento social sobre la indiferencia humana, "Las Brasas" es tu sitio. Para nosotros, fue una experiencia tan memorable como una visita al dentista sin anestesia. ¡No volveremos, ni aunque nos paguen!

Cristina

Buen sitio para comer. Es la primera vez que vamos y volveremos a repetir. Muy recomendable.
Muy buena atención del camarero.

Pedimos Flamenquin (son caseros hechos por ellos) buenísimo. Y entrañas "Angus" muy buenas y a un precio asequible.
Nos regalaron un chupito para cada uno.

Antxon K.

Después de mucho tiempo de espera, nos pusieron unas patatas al curry y alioli, que estaban a medio hacer. La carne (abanico) dura, las patatas fritas como si fueran congeladas y encima se enfadó el cocinero cuando se lo dije. En la travesía del pueblo, hay mejores sitios y más baratos.

Fernando H. G.

Todo espectacular de bueno y el surtido de cocretas también
Lubina
Pluma
Chuletitaa de cordero
Tarta de queso

AnaM M.

Han mejorado el tiempo de espera, nos sirvieron los platos pronto. Platos abundantes y ricos. Buen servicio.

Juan S. S.

Restaurante muy recomendable. Carnes a la brasa exquisitas. Amplia y variada carta.

jose A. F.

Buena comida ...aunque la carne salió un poco pasada de punto...pero estaba buena. Buen servicio y muy atentos. Se puede repetir.

Julián

La comida esta bien sin más.
Si queres comer a tiempo llegar sobre las 11:00 o 12:00. La espera no es lenta es interminable. Si aun no viste la serie cuéntame, la ves mientras comes allí son 22 temporadas. Da igual cuanta gente haya.