La Casa de Manolo Franco - Valdemorillo, Madrid

TriMarMi

Visitar La Casa de Manolo Franco es mucho más que ir a comer: es recorrer un camino cuidadosamente trazado desde el primer bocado hasta el último suspiro dulce del día. No es casual que hayan sido galardonados con una estrella Michelin en 2025 y un Sol Repsol en 2023 —lo que aquí se ofrece es un viaje emocional y gastronómico que te lleva desde el despertar hasta la noche, con sabores que evocan el monte, la tradición y la innovación en perfecto equilibrio.

Pedimos el menú corto y salimos rebosantes.

Cada paso del menú sorprende con sensibilidad y técnica, pero hay un plato que merece mención aparte: los espárragos a la brasa con cacahuete y aire noisette. Es un plato que captura la esencia de la primavera, del campo recién llovido, del humo cálido de la leña.

Sin duda, un lugar para abrir los ojos y todos los sentidos. Volveré.

Illán ?.

Una experiencia 100% recomendable, y que pese a tener ya estrella y sabiendo a lo que íbamos, nos sorprendió totalmente para bien.
El menú largo consta de 18 pases, y está muy bien trenzado como un día en el campo; con un producto de primera y unas preparaciones exquisitas. Por destacar algunos pases (aunque en general todo estaba muy bueno), la croqueta de jamón, el cocido y el bacalao en tempura (totalmente jugando en otra liga).
Además, el servicio es excelente; y el chef está muy pendiente y sale a explicar varios platos.
Totalmente de 10

RAFA M.

Un gran restaurante para disfrutar de todos los productos de la Sierra de Madrid. Manolo Franco y todo su equipo, te hacen sentirte como en casa, con detalles especiales. 100% recomendable.

Rocio G. P.

Restaurante y experiencia para volver a repetir sin duda. Todo exquisito desde principio a fin. Pedimos el menú corto, muy original desde el desayuno hasta los postres. Platos únicos con sabores sorprendentes, que no quieres que se acaben. El servicio atento y todo muy medido.
Volveremos sin duda, porque vale la pena la experiencia gastronómica.

ALMUDENA M. A.

Me ha encantado la experiencia. Tienen 2 tipos de menús, uno más largo y otro corto. Al igual, si vas a comer, podrías acabarte el menú largo, pero para cenar, me parece demasiado.
Los platos se dividen en tiempos tipo: desayuno, aperitivo, almuerzo y cena. Y juegan con los pases emulando piezas como el eclair q debería ser dulce y es de rabo de toro con chocolate blanco y caviar, o los macarrons con distintos toques salados. Es un menú muy llevadero, donde además Manu Franco te explica en persona cada pase y toda la historia familiar que lleva detrás. En un ambiente rústico pero muy cuidado con mesas ideales en un entorno ajardinado precioso. Diría que mi favorito fue el arroz de cordero y el bacalao.
Creo que de calidad precio es muy muy bueno y super recomendable!!

adriana P.

En verdad que me ha sorprendido gratamente más de lo que esperaba. Cuando te mueves en el mundo de la alta gastronomía, y más cuando, te dedicas a ello, siempre es más difícil encontrar aquello que te mueva, el efecto "wow", pero reconozco que hubo cosas que me movieron, tanto a mí, como a mí acompañante, que por regla general no es fan de las estrellas Michelin, pero hoy le pareció muy conmovedor el menú. En Casa de Manuel Franco se vuelve a la infancia, a la tierra y al campo a través de los sabores. Macarons de romero con miel y aceitunas, eclair de carrillera con chocolate blanco, muy conseguido el equilibrio, mantequilla ahumada e infusiónda con lavanda cantahueso, bocadito de ciervo ahumado (me encantó este bocadito), la croqueta de la abuela Pepa, simplemente espectacular., la torrija con helado de violeta (recuerdo de los caramelos de antes), o malvavisco de mejorana, todo, absolutamente todo, del principio al fin, me gustó mucho. El restaurante estuvo lleno, aunque tiene un aforo reducido, pero se ve que es todo una referencia en la zona. El personal está super atento, desde el chef Manolo, las chicas de sala, incluso Diana, la chef al cargo de la cocina, que vienen a explicarte con detalles cada plato. Al irnos nos dejo una bolsita de papel con "el desayuno" para mañana. Un detalle muy bonito. Es un sitio para disfrutar, para regalar, y para volver. Suerte en su trayectoria y a por la segunda ⭐ ⭐ Michelin.

Ivan G.

Desde el primer momento en que cruzamos la puerta, supimos que estábamos a punto de vivir algo especial. No se trataba solo de una comida, sino de un viaje por los sabores de la temporada, donde cada plato contaba una historia y cada ingrediente hablaba del mimo con el que había sido elegido.

La cocina de este restaurante es un homenaje al producto fresco y de proximidad, tratado con un respeto absoluto. Cada bocado reflejaba el equilibrio perfecto entre la creatividad del equipo y la esencia pura de cada ingrediente. Desde los entrantes hasta el plato principal, nos sorprendieron con combinaciones que resaltaban lo mejor de la temporada, demostrando que la calidad y la pasión pueden sentirse en cada detalle.

Pero lo que realmente hizo especial la velada fue el detalle de Manu, quien tuvo la maravillosa atención de sorprendernos con un postre especial para mi pareja, acompañado de una vela para celebrar su cumpleaños. Un gesto inesperado, cálido y sincero, que nos recordó que la hospitalidad no solo está en la mesa, sino en las personas que hacen que cada experiencia sea única.

Gracias a todo el equipo por una comida mágica y, en especial, a Manu por convertir un simple momento en un recuerdo inolvidable. Volveremos sin duda, sabiendo que aquí no solo se cocina con talento, sino con el corazón.

Jesus C.

Estuvimos cenando el jueves y la verdad es que quedamos encantados.
La comida es estupenda y elaborada, el servicio también estuvo muy bien y el local está decorado con buen gusto.
El precio ajustado para lo que se ofrece.
Sin duda volveremos a probar el menú de verano.
Muy recomendable