Café Iruña Bilbao 1903 - Bilbao, Biscay

Connoisseur

Fui al medio día para probar el menú del día que incluye primer y segundo plato junto con el postre y la bebida por 21.90€.

Tardaron varios minutos en sentarnos pero nada más pedir sirvieron el primer plato, que en este caso fue un canelón de pollo, un plato muy contundente y bueno de sabor.

El segundo plato fue una porción muy generosa de chuleta acompañada de patatas sazonadas y pimientos.

En general, los platos tenían un buen sabor. La ratio de calidad-cantidad-precio es bastante buena.

El trato de los camareros fue excelente, especialmente el de los camareros jóvenes. El restaurante tiene un diseño clásico que le da un encanto añadido.

Clara S.

“Un sitio que merece la pena. La relación calidad-precio es excelente, los platos muy bien servidos y con mucho sabor. Además, la música en directo le da un ambiente especial y acogedor. El trato del personal fue increíble, siempre atentos y con mucha amabilidad. Sin duda, un lugar para repetir y recomendar.”

Sergio

Ubicado en pleno corazón de Bilbao, a un paso del Ayuntamiento y del vibrante casco antiguo, se esconde un rincón de encanto que sorprende y enamora: el Café Iruña. Fundado en 1903, este emblemático establecimiento se alza como un verdadero testigo de la historia y la cultura de la ciudad, luciendo con orgullo su inigualable decoración de estilo mudéjar. Los techos policromados, los azulejos meticulosamente dispuestos y los murales restaurados invitan a un viaje al pasado, donde cada detalle narra una época de esplendor.

El Café Iruña es mucho más que un espacio gastronómico; es un punto de encuentro social que ha sido escenario de numerosos eventos culturales y políticos a lo largo de los años.

Su oferta culinaria incluye un menú excepcional. Para empezar, pedimos una ensalada de codillo de pollo y col con crujiente bacon y vinagreta de mostaza, seguida de uno de los platos más representativos de la ciudad: la purrusalda. A continuación, optamos por una corvina a la plancha y unos pimientos rellenos de verdura con salsa vizcaína, una auténtica delicia, todo ello acompañado de un vino crianza Rioja. Para finalizar, disfrutamos de los postres: un tronco de helado de cacahuete y caramelo, y una tarta de manzana que estaba fabulosa. La amabilidad del personal y la prontitud en la atención realzaron la experiencia.

Galardonado con el “Premio Especial al Mejor Café de España” en el año 2000 y declarado “Monumento Singular” en 1980, este café tradicional se presenta como el lugar ideal para disfrutar de la auténtica tradición bilbaína en un entorno único y lleno de historia. Una visita, mejor si se reserva con antelación, promete una experiencia inolvidable que conjuga el arte, la cultura y la buena mesa en un ambiente insuperable.

Esteban S.

Clásico local, muy acogedor y amablemente atendido.
Ricos pintxos y buen vino.

J O.

El sitio es único y el menú del dia es correctísimo en calidad y cantidad. El servicio muy servicial. Sin duda, no hay que buscar más, el Iruña es garantía.

Antonio S.

Recomendación de un Bilbaíno en plena calle, acierto 100% , un sitio de los que ya no quedan. Tradición, y gran personal

Jose A. G. O.

Una pena! El Café Iruña es toda una institución en Bilbao; su historia le avala. Pero, en nuestro caso, la visita dejó muchísimo que desear. Nos sentamos (un grupo grande) en los reservados del fondo, y casi casi podríamos decir que se olvidaron de nosotros (y de los demás turistas que compartían el lugar, allí al fondo; muchos de ellos, extranjeros). En nuestro menú (reservado para el grupo con antelación) figuraba un "Entrecot de ternera a la plancha con patatas asadas y pimientos del País"; este mismo platillo (o uno con muy pocas variaciones) se ofreció también en los menús infantiles que pedimos. Pues bien, el citado entrecot resultó ser prácticamente incomestible!!! Una carne correosa, un corte demasiado hecho, con poco sabor, inmasticable. Y no pasó sólo en un plato, sino que todos los que pedimos entrecot sufrimos el mismo destino. El resto de la comida no estuvo tan mal. Pero es que el Iruña es mucho Iruña como para que se les deslice un error como este. Se salva, con honores, el postre (es que soy un golosón), que es lo que se ve en la foto que acompaña a esta reseña.

Robert B.

Bar mítico del barrio de Abando muy cerca del Casco Viejo. La decoración de paredes y techos es espectacular. Pasamos a tomar unos pintxos con unas cervezas y unos txakolis. Su larga barra es una tentación, todo tiene pintaza!