Cal Marquès - Camprodon, Girona

Víctor S. M.

Comida exquisita, especialmente el huevo a baja temperatura y la carne. El servicio fue excelente y el lugar muy bonito y acojedor, un 10.

Annette I.

Me ha encantado la experiencia, algún plato más que otro pero el maridaje con los vinos, increíble.

Andrea

El menu del dia no nos sorprendió, platos simples, poco sabor, no tan bonitos para un Michelin. No tienen carta de alérgenos pero fueron simpaticos al quitar la galleta de la crema catalana.

Judit B.

Un lugar con muchísimo encanto, ideal para una cena especial. Las mesas, la luz y la decoración crean un ambiente que realmente romantiza el espacio.

Al llegar, nos sorprendieron con un aperitivo muy sabroso. De primero pedí un entrante de calabaza, espinacas, setas y queso Roura Soler por 13,90 €. Estaba delicioso, con una textura perfecta: la calabaza combinaba a la perfección con los sabores de las setas y las espinacas, ¡riquísimo!

De segundo, opté por el filete de ternera de Girona con salsa casera de ceps por 25,90 €. ¡Muy bien hecho! Lo pedí al punto, un toque menos así que estaba perfecto para mi gusto.

Añado una foto del postres de mi acompañante. Los postres si que llevan huevo. ( Cada plato del primero y segundo es adaptable a las intolerancias, pero no fue mi caso)

El pan también estuvo en su punto, perfecto.

Además, quiero destacar la atención de la camarera, que fue de 10. Me explicó todo lo que servían, algo que agradecí mucho ya que tengo intolerancia al huevo. Su amabilidad y profesionalidad hicieron la experiencia aún más agradable.

En resumen, un sitio al que sin duda volveré. ¡Totalmente recomendado!

Tamara R. A.

Súper recomendable! La comida exquisita, el servicio muy amable y atento, el lugar bonito y la relación calidad precio excelente.
Recomiendo el cordero por ser producto local. Probamos tanto la pierna como la caldereta y ambos platos fueron maravillosos. Volveremos seguro

Goosep F. B.

Les falta un punto… muy grande, para la excelencia

Un entorno muy bonito al tratarse de un edificio histórico, pero le falta calor que ganarian con una iluminación mejorada, plantas y alguna escultura.

Un pan excelente con una costra muy bien estructurada y una carta de vinos excelente pero… ¿Porqué no estructuran la carta por tipo de uva que es lo lógico?

Un aperitivo de crema de esparragos, pan de sesamo y mini pan sarraceno muy bueno pero le faltaba algo…

Los primeros a buen nivel, mifullas con foie con fresas y vieiras, alcachofa y jamón ibérico, ligeramente salado, pero bien elaborado. Lástima que en un plato ondo con ala ancha tendria más prestancia y se trabajaria mejor con los cubiertos.

En los segundos fracaso total, pies de cerdo sin más con all-i-oli que no llegó y tartar de ternera, que no steak tartar según la maitre al quejarnos, literalmente crudo aunque macerado, no cocido según el mismo criterio, que solo era carne cruda con grasa cortada. Lo he dejado sin comer porque era incomible y ni intentando arregrarlo ha mejorado. Lo peor es que me han dado un master de lo que no es un steak a pesar de que el ponente creia que si tenia los suficientes conocimientos para denigrar mi opinión.

En fin, lugar venido a menos que no ofrece ninguna experiencia gastronómica a pesar de que el precio, 60€ por persona sin postre, lo podria parecer, carentes de formación tanto en sala como en cocina y el servicio se eterniza por la lentitud en sala.

Me han traido la cuenta cobrandome el steak aunque luego sin mediar queja, han venido y de malas formas lo han descontado de la minuta final.

Para no recomendarlo por supuesto, hay otras opciones en el pueblo menos presuntuosas pero más cercanss al territorio.

Marta V.

Restaurante de proximidad con ingredientes de calidad y presentación muy elaborada. Fui a cenar y estuvo bien porque no tenía mucha hambre (las raciones son algo pequeñas). Nos pusieron un aperitivo de la casa muy rico. Las bravas muy elaboradas. De postre pedí pastel de queso, y me decepcionó un poco.

Marta L.

Entramos por casualidad en este restaurante y la verdad que nos sorprendió con creces. El lugar muy bonito con paredes de piedra y decoración estilo castillo. Tienen menú del día por 19,9€ con una gran variedad de platos, además te sirven una pequeña tapa aperitivo nada más te sientas. La camarera nos estuvo aconsejando muy bien sobre los vinos ya que tienen también una amplia bodega. Respecto a los platos todo muy rico y casero, el carpaccio de cordero todo un descubrimiento. Si volvemos por la zona, repetiremos allí de nuevo.