La Oca en el Océano - Cafetería & Tea Room - Ruente, Cantabria

Jorge

La Oca en el Océano, ubicada en el pintoresco pueblo cántabro de Ruente, es un café único que cautiva por su ambiente encantador y su atención al detalle. Este espacio es perfecto para los amantes del buen café, el chocolate y la repostería artesanal, ofreciendo una selección variada que incluye tartas caseras, batidos creativos y cócteles originales, todos ellos destacados por su sabor exquisito y presentación cuidada.
El local, decorado con un estilo vintage y repleto de objetos singulares, crea una atmósfera acogedora que evoca la sensación de estar en una casita de cuento, ideal para disfrutar tanto en su porche como en su jardín. Además, La Oca en el Océano funciona también como tienda, donde es posible adquirir piezas de decoración exclusivas que complementan la experiencia.
Sin duda, La Oca en el Océano es un lugar imprescindible para quienes buscan un rincón con encanto y una experiencia dulce y visualmente atractiva en Cantabria.

Cristina L. D.

Impresionante sitio para merendar o tomar un gintonic. Los chocolates y los tés matcha buenísimos, como sus tartas, pero lo mejor es la presentación el entorno y la atención. Conviene ir entre diario si se puede, para no esperar colas a la puerta. Es como merendar en la casita de Hansel y Grettel! Multiples habitaciones en las que tomar el te, café o chocolate. También se puede fuera, en el parió delantero o trasero de la casa, junto al río.
La decoración se puede comprar.
El pueblo, Ruente, hay que verlo y descubrir sus rincones naturales 😉

Pastisseria-Cafè-Obrador V. D. F.

La Oca en el Océano – Un viaje mágico entre sabores y recuerdos

¡Qué lugar tan original, divertido y encantador! La Oca en el Océano es de esos sitios que te dejan con la boca abierta desde el primer momento. Cada pared, cada rincón, está cubierto de detalles: souvenirs, libros, cajitas de regalo, figuras otaku, peluches, carteles antiguos... ¡y todo está a la venta! Es como entrar en un cuento de hadas, donde cada estantería tiene su propia historia que contar.

El espacio se extiende en dos pisos llenos de encanto, un verdadero paraíso para los curiosos y amantes de los objetos con alma. Y para completar la experiencia, la atención del personal es cercana y amable. Tuvimos la suerte de conocer a una de las pasteleras, encantadora, que nos explicó todo con gran cariño y detalle.

Fuimos afortunados de no encontrar mucha gente, aunque nos contaron que en ocasiones se forman colas. Disfrutamos de un exquisito té de fruta del dragón, acompañado de galletitas de té deliciosas, una cerveza artesana especial y una rica tarta de manzana.

Un lugar para ir sin prisas, explorar con calma y dejarse sorprender. No os lo podéis perder… ¡seguro que volveremos!

Rousss

Tenía muchas ganas de ir a este sitio, lo vi en fotos de una amiga y me lo recomendó,
Bueno el precio nos ha parecidos elevado para 2 simples cafés , la camarera hablaba tan bajito que no se la escuchaba apenas , la pedimos un expreso y un con leche y no sabía lo que era un expreso , y nos contestó que a qué nos referíamos con expreso!! Curioso no .te lo sirven muy bonito eso si.la decoración muy bonita , tipo Alsacia si habéis estado, las camareras un poco sosas la verdad , porque si agüe el sitio y no decían nada , pregunté por los precios de las tartas o di tenían carta para hacer un encargo , pero 60€ me parece muy elevado por una tarta de 8 raciones , el sitio está lejos , si vas de paso aún .

Blanca O.

Lugar con una decoración diferente, original.
Cuenta con un agradable jardín con mesas.
El interior recargado, que a la vez tiene su encanto.
El servicio muy atento. La carta variada, con tartas espectaculares. Los precios un pelín altos, especialmente me parecieron de té o infusiones sobre los 4€. De todas formas está bien para darte un capricho en un local distinto a lo habitual.
El baño se encuentra en la planta superior, no estando accesible a todo tipo de personas.

Carlos A. S.

El local tiene una decoración sobrecargada y es muy ruidoso en su interior, específicamente en la planta baja. Esto se debe a que preparan algunos pedidos en la barra y producen mucho ruido.

El servicio fue rápido y profesional. Sin embargo, nos han cobrado 3'99€ por un extra que valía 1'90€ (sombrero seleccionador, podéis ver las pruebas en las imágenes). Igualmente, leed la descripción porque no es un sombrero, sino una carta. También he de añadir que solucionaron el error del cobro sin problema, pero la experiencia no fue positiva igualmente.

Respecto a la comida, no cumple la relación calidad-precio. Da igual qué batido pidas, que todos van en la misma jarra y tienen el mismo color (cosa no muy lógica cuando los ingredientes son totalmente distintos). De antes, cada batido tenía un aspecto y una jarra diferente (en la foto podéis ver dos batidos con el mismo aspecto, que sus ingredientes son supuestamente diferentes). He ido 3 veces, 1 por año y cada vez los batidos son peores.

Creo que, es un sitio muy guay y tiene merchandising super chulo para comprar, pero el precio está súper inflado y cada vez que voy aumenta más. Es un sitio al que no volvería.

Mery

El sitio tiene gracia en el sentido de que es una casa de pueblo hecha bar con un montón de trastos (muchos en venta y sin sentido). Los dulces y batidos están buenos pero no justifica el precio abusivo que tienen. Lo de la foto han sido 20 euros (batido, chocolate con nata y un trozo de tarta). El problema es que mucha gente se está acostumbrando a los precios altos y llega un punto en el que cualquier cosa te parece justa de precio cuando no es asi. 20 euros esto es un atraco. Para probar una vez y no más.

Lucía B.

Increíble experiencia, el local o más bien casa, es precioso, con mogollón de imágenes chapas, objetos, mapas, que te teletransportan a una nostálgica infancia.
En nuestro caso tomamos un riquisimo café con leche y un enorme batido hello Kitty (fresa-nata) además de una tarta de queso y oreo impresionante.
Llegamos por casualidad pero estoy segura de que repetiremos.